Ortega y Gasset, Educación para la Ciudadanía y ley LOMCE.

«Quien pese bien el sentido de las palabras «educación del hombre», no puede menos que soltar una carcajada cuando lee que el fin de la educación, nada menos que el fin es educar ciudadanos. Sería como decir, con otras palabras, que el fin de la educación es enseñar a los hombres a usar el paraguas. ¡Ciudadano! ¿Y todo lo demás que el hombre es mucho más profundamente que ciudadano, más permanentemente? ¿Quién no advierte el increíble error de perspectiva que esa doctrina pedagógica comete? Esta manera de pensar, además de errónea, me parece de una modestia excesiva. Se supone que pedagogía debe debe adaptarse a la política, con lo cual, entre otras cosas, nos sometemos a un nuevo factor de anacronismo. Cuando se considera que el fin de la educación es hacer de los niños ciudadanos útiles para los fines de un Estado determinado,  se olvida que mañana, al ser los hombres niños, el Estado para el cual se los educó ha cambiado.»

Para una lectura más actual sustitúyase el término  «ciudadano»  por el de «trabajador competitivo» y «Estado» por  «mercado».

Meme: Historia de la Filosofía.

Mi compañero David me pasa el testigo desde Soplo de conocimiento para que aporte mi granito de arena al meme sobre Historia de la Filosofía. Y después de darle muchas vueltas he pensado  que lo mejor que puedo ofrecer es mi propia experiencia porque para mí la Filosofía solo cobra sentido desde la Historia de la Filosofía. Me explico: Lee el resto de esta entrada »

El hombre instruido lleva siempre consigo su riqueza.

Quiero compartir con vosotros este artículo en defensa de la Cultura Clásica porque dice cosas que, de tan evidentes, a veces no las vemos y se nos olvida que si queremos mirar el futuro desde cierta altura sólo podremos hacerlo desde la conciencia de que somos enanos a hombros de gigantes.

Ensayo: la transmutación del mito de la caverna.

«En la antigüedad duraban más las ideas que los alimentos. Ahora duran más los alimentos que las ideas.»

Así empieza una breve reflexión del Juan José Millás que aparece hoy en el País. La cuestión es que los atributos del mundo sensible y el mundo de las Ideas parecen haberse invertido.

Gracias a las maravillas de la tecnología hoy podemos disfrutar  de una variedad infinita de objetos naturales únicos, perfectos e inmutalbes. Tenemos comida congelada, fruta fuera de temporada, incluso estamos eliminando a golpe de bisturí cualquier rastro de imperfección o finitud en nuestros cuerpos.

Sin embargo, la inmediatez de nuestra forma de vida también ha trasmutado las cualidades de las Ideas, ahora estas son  múltiples, corruptibles y mutables y en gran parte una copia imperfecta.  La cultura no ha desaparecido, ¡se trata de todo lo contrario! Hay tal sobreproducción de ideas y estamos tan ávidos de novedades que es casi imposible que una de ellas se aferre en el tiempo y el espacio y perviva en un estante de una librería o en nuestra mente.

Hamburguesa incorrupta. Foto de Sally Davies. Flirck

¿Se puede aprender a ser feliz?

Como hemos visto hoy en clase, para Platón felicidad y virtud están unidas. Ejercitarse en el hábito de la virtud es indispensable para ser felices.También para Aristóteles y Ortega la felicidad está ligada al hábito de elegir el bien.

Aunque a priori pueda parecernos que esta cuestión y los términos en los que Platón se expresa no tienen cabida en nuestro mundo, lo cierto es que el tema de la felicidad no está ni mucho menos zanjado. Veintiséis años después nos seguimos preguntando en qué consiste la felicidad y qué podemos hacer para alcanzarla.

No es esta sólo una cuestión filosófica, la ciencia actual también orienta sus esfuerzos en localizar qué hay de biológico en la felicidad y cómo potenciarla. No en vano, la OMS ha estimado que para 2020 la depresión se convertirá en la segunda causa de enfermedad en los países desarrollados.  Cada día conocemos mejor qué mecanismos se activan cuando nos sentimos felices y hemos sido capaces de sintetizar elementos químicos que reproducen el sentimiento de felicidad que nuestro cerebro no puede producir por sí mismo. Pero si recordáis la lectura de Un mundo feliz, no parece que esa sea una solución definitiva. A pesar de poseer todo aquello que generalmente consideramos que está ligado a la felicidad, los habitantes de Un mundo feliz eran seres realmente desdichados y vacíos.

Para ir acotando el tema podemos desechar algunas falsas ideas sobre la felicidad: 1. La felicidad no es un estado permanente. Lo que la define precisamente es su carácter transitorio y efímero. Si la felicidad fuese oro, no lo encontraríamos en lingotes sino en pequeñas pepitas escondidas aquí y allá en el río de nuestra vida. 2. La felicidad no viene de fuera. El principal aliado y el principal enemigo de nuestra felicidad está en nosotros mismos. Como decía Locke, los hombres olvidan que la felicidad es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. 3. Entonces, la felicidad no nos viene hecha, es algo que requiere de nuestra predisposición, voluntad y atención. Es más, sabemos que nuestros hábitos mentales (ser optimistas, pesimistas, creativos o dogmáticos) acaban creando hábitos que se traducen en conexiones neuronales que condicionan nuestra respuestas futuras. Tal y como dirían nuestros filósofos favoritos, cuando uno se habitúa a elegir el bien acaba convirtiéndose en una persona buena. Igualmente, cuando uno entrena su mente y la predispone hacia la felicidad, consigue ser una persona feliz.

A propósito de estas cuestiones, he encontrado este programa de Redes en el que habla del estado de flujo. Este término se refiere a aquellos momentos en los que estamos totalmente concentrados en una actividad y nuestra mente fluye sin obstáculos hacia la meta que nos hemos propuesto. «Fluimos cuando nuestra conciencia está ordenada y todo se mueve en la misma dirección. Podemos experimentar estados de fluidez en cualquier sitio y en cualquier momento. Sin embargo, tendemos a creer que la felicidad -y, por tanto, la fluidez- consiste en experimentar placer: una buena comida, buen sexo, un viaje a una isla paradisíaca con una compañía interesante, relajarse delante del televisor? En cambio, estudios psicológicos muestran que la mayoría de las actividades que nos proporcionan sensación de fluir tienen metas y normas claras, algo que se da más en el trabajo que en el tiempo libre! «

La reflexión sobre la felicidad y los argumentos que se dan en el programa me han recordado algunas cosas que hemos visto hoy en Platón y creo que os servirán para preparar vuestro ensayo de la próxima semana y quien sabe, quizá os ayude a ser más felices. 🙂

¿Lo probamos todo sin comprender nada?

No es la primera vez que comento en este blog noticias sobre cómo las nuevas tecnologías han cambiado nuestras mentes. Creo que este puede ser un buen tema para vuestros ensayos de epistemología

Hoy os traigo esta noticia que aparece hoy en El País.En este caso habla de cómo ha cambiado nuestro acceso a la cultura -en concreto a la música y el cine- desde que tenemos acceso a Internet. La noticia tiene en parte la estructura de un ensayo:

1º Nos presentala tesis principal -«internet es un arma de doble filo»- y nos muestra la complejidad de este tema a través de interrogantes que nos llevan a otros interrogantes.

2º En los siguientes 6 párrafos va contraponiendo los pros y los contras del binomio cultura-internet a través de ejemplos y referencias a personas autorizadas en la materia.

3º En octavo párrafo se recoge todo lo anterior en un resumen que aclara la postura a defender.

4º A continuación añade un par de ejemplos más y cierra el texto con la idea principal apoyada en una cita del filósofo Zigmunt Bauman:«Tiempos líquidos, como los ha llamado el premio Príncipe de Asturias Zygmunt Bauman, en los que sin duda tenemos que construirnos «una identidad flexible que haga frente a los cambios continuos de la realidad» y siga el ritmo de los avances tecnológicos, pero en los que también corremos el riesgo de no ahondar en nada a base de catarlo todo, sin darnos cuenta de que dar un paso en cada dirección es una manera de no moverse.»

El artículo en sí es bastante paradójico: al tiempo que se muestra muy crítico con el conocimiento fragmentario e inmediato, termina con un «corta y pega» en el que se recogen las citas más relevantes del artículo para quien no tenga tiempo o ganas de leerlo entero. Aunque pueda parecer hipócrita creo que la idea de este artículo es precisamente esa: no podemos dar la espalda a las nuevas formas de conocer porque aunque 100 personas se quedarán sólo con las anécdotas del final quizá 10 personas lean el artículo con verdadero interés y les aporte algo valioso.

Estos son los otros post que tratan estos temas:

Noticias que dan que pensar.

El ensayo es en cierta medida un ejercicio filosófico que consiste en tomarle el pulso a nuestro tiempo y elaborar sobre él una opinión personal. Hay muchísimos materiales que nos indican cómo están las cosas, qué está cambiando en nuestras vidas: la música, las series de televisión, la moda, las formas de ocio, y por supuesto; la prensa. Esta semana he leído un par de artículos que me parecen interesantes.

Forges.

El primero de ellos es una entrevista a Slavoj Zizek, en la que reflexiona sobre temas de actualidad como las redes sociales, las revueltas en el mundo árabe, el marxismo, el capitalismo, la educación… Creo que es muy interesante y os puede ayudar con el ensayo de Marx.

La segunda noticia trata un tema que ya os he propuesto varias veces en el blog: cómo cambia nuestra forma de pensar, de leer y de escribir con las nuevas formas de comunicación, en este caso, twitter.  En un post anterior os enlazaba un artículo en el que se decía que la inmediatez que hemos ganado con nuevas formas de comunicación lleva consigo la pérdida de nuestra capacidad para hacer una lectura profunda. Se podría pensar por tanto, que en este escenario de mensajes breves y concisos la filosofía no tiene lugar. Sin embargo,  este artículo nos habla de cómo la filosofía se ha colado en las redes sociales a través del aforismo. La pregunta es ¿cuál es el lugar de la filosofía en nuestro tiempo?

Slavojizek: el filósofo de la anarquía.

Pienso, luego tuiteo.

Querer es poder.

El otro día en clase estuvimos hablando de nuestra irremisible libertad. Estamos condenados a ser libres, condenados  a elegir nuestra propia vida (aunque la copiemos de la tele). Como vimos, esto no es nada fácil: no podemos hacer cualquier cosa, ni queremos cualquier cosa. Tenemos que aprender a desear: es necesario ser conscientes de nuestros límites, no sólo para llegar a ellos, también para superarlos. Porque si no es así ¿tienen algún sentido los ideales?

Hoy he leído esta noticia y me he acordado de vosotros. Espero que os de que pensar y que os anime, porque el éxito está en vuestras manos.

Ya me contaréis…

«Practicar. Aprender. Cometer errores. Así se logra el talento. Volviéndolo a intentar. Fracasando otra vez. Fracasando mejor.»

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